¿Sabes? Yo tardé mucho en tener orgasmos. De hecho tardé mucho en darme cuenta de que no los tenía. Y el primero fue con un vibrador. Sí. En este enlace tienes el relato dónde hablo más en detalle de este capítulo de mi vida.
Esa primera y tardía experiencia me catapultó a una investigación infinita y enriquecedora sobre la sexualidad femenina que, años después y, pasando por paisajes muy diversos, me llevó a la Alquimia Sexual Taoísta y al Tantra.
Desde el Tao, enseguida conocí la práctica con los huevos de minerales y fue para mí un antes y un después. Siento que, de todas las herramientas que he conocido, ésta es una de las más potentes para despertar el potencial sexual extático y multiorgásmico femenino.

Llevo ya años practicando con él y compartiendo con otras mujeres esta maravilla. Mi ecléctico, multidisciplinar y riguroso recorrido me ha llevado a crear un método de práctica único y especial porque bebe de muchas fuentes tanto místicas como de género, antropológicas, de diferentes ciencias, etc.
Mis huevos son mis joyas más preciadas. Las amo y las cuido agradecida por todo lo que me aportan. Sigo experimentando, investigando y sumando a esta práctica nuevos saberes que integro en mis aprendizajes variados. Porque, éste, amora, es un camino infinito. Un viaje con billete de ida por tus mundos internos, por tu geografía emocional, sexual y energética que te llevará a descubrir nuevos paisajes en cada práctica. Al menos así es como yo lo vivo y lo comparto.